¿Dónde estaba el Congreso de Veracruz cuando el gobernador Javier Duarte se robaba el dinero de ese estado? ¿Qué hicieron los legisladores de Quintana Roo al enterarse que el gobernador Roberto Borge lideraba una gavilla de funcionarios dedicada a la apropiación ilegal de propiedades en esa entidad? ¿Qué está haciendo la Asamblea Legislativa frente al deterioro de la calidad de vida en la Ciudad de México, producto de la ineficacia del gobierno de Mancera? ¿Están los congresos estatales desempeñando bien su papel?
La respuesta es no. Ni sirven para detener a gobernadores ladrones ni para presionar a mandatarios inútiles. Ojalá pudiera decir que no sirven para nada. Es peor: por comisión u omisión, son cómplices de la corrupción y/o ineptitud, y encima nos cuestan un dineral a los contribuyentes. Detrás de todo gobernador corrupto (o ineficaz) hay un congreso corrupto (o ineficaz). Ésta es, me parece, una de las conclusiones, quizá la más importante, del reporte Informe Legislativo 2017, presentado en días pasados por el Imco.
En México hay 32 congresos locales que supuestamente representan los intereses de los ciudadanos. Su papel es legislar, aprobar el presupuesto anual, revisar las cuentas públicas, fiscalizar a los otros poderes, ratificar ciertos nombramientos y retirar el fuero a funcionarios acusados de delitos graves. No ha sido el caso en México. A continuación presento algunos datos del informe referido que dan cuenta de esto:
1. El número total de legisladores locales en México es de mil 124 (un promedio de 35 diputados por Legislatura), cifra que contrasta con la observada en 1974, cuando solamente existían 369 curules (12 diputados en promedio por congreso).
2. Este año, los mexicanos vamos a gastarnos 13 mil 551 millones de pesos en los congresos locales. En promedio, cada diputado nos costará 11.1 millones de pesos.
3. Pero hay diferencias presupuestales importantes. Mientras que el Congreso de Puebla tiene un presupuesto por diputado de 3.5 millones de pesos, los asambleístas de la CDMX dispondrán de un presupuesto ocho veces mayor (28.8 millones de pesos por diputado).
4. Los diputados locales están en el mejor de los mundos: ellos deciden cuánto van a gastarse cada año. No contentos con eso, durante el ejercicio fiscal 2016, 19 Legislaturas gastaron en conjunto mil millones de pesos más de lo aprobado, 13.7% adicionales. El Congreso de Querétaro, por ejemplo, había presupuestado 299 millones; al final, se gastó 493.
5. Bien a bien no sabemos en qué se gastan el dinero. Sólo 12 congresos locales (41%) respondieron adecuadamente la solicitud de su Presupuesto de Egresos y la información presentada no cumplió con los estándares mínimos en materia de calidad presupuestal.
6. Eso sí, nuestros diputados locales son muy privilegiados en cuanto al aguinaldo anual que reciben. En San Luis Potosí, por ejemplo, el aguinaldo que perciben es de 90 días (seis veces superior al mínimo legal), en siete congresos el aguinaldo es de entre 60 y 70 días y en 14, entre 35 y 50 días.
7. En 17 estados, sus congresos ejercieron en conjunto mil 355 millones de pesos por concepto de “ayudas sociales”. Es evidente que los diputados locales reparten dinero a sus clientelas electorales. Se están extralimitando en sus facultades, ya que los programas sociales les corresponde operarlos a los ejecutivos. Pero los legisladores no quieren quedarse atrás en la muy populista tradición de ganarse el favor social a base de billetazos.
8. Conocido es que, entre más comisiones tiene una Legislatura, más se reparte dinero a sus integrantes. Mientras que a nivel mundial, el 70% de los parlamentos nacionales tiene menos de 20 comisiones permanentes, en las Legislaturas locales de México sólo el 9% tiene menos de 20; el promedio de comisiones permanentes es de 29 (61% más que el promedio de congresos nacionales). Chiapas tiene 42 comisiones en su Congreso; la mayoría se reúne una vez por semestre.
9. En cuanto al trabajo en pleno, en 2016, el congreso que más sesiones tuvo fue el de Baja California Sur con 162. El que menos, Querétaro con 34. El promedio de sesiones fue de 81 para los 32 congresos en su conjunto.
10. Muchos de los congresos le asignan poco presupuesto a las entidades responsables en fiscalizar los recursos públicos. Una de ellas, la de Michoacán, incluso carece de autonomía presupuestal (increíblemente, depende del Ejecutivo).
11. En México, el promedio nacional de representación de las Legislaturas locales es de un diputado por 99 mil 664 habitantes. Pero hay diferencias notables. Mientras que en el Estado de México hay un diputado local por cada 231 mil 512 habitantes, en Campeche son 26 mil 716, casi nueve veces menos.
12. Los dos partidos políticos con mayor representación en las Legislaturas locales son el PRI y el PAN, los cuales concentran al 58% de los diputados (32.1% y 25.9%, respectivamente).
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