Por Humberto A. Torres
Los sectores turismo y transporte, los más golpeados por la ineptitud y omisión de ICA y SCT
La falta de recursos y voluntad por parte de Ingenieros Civiles Asociados (ICA) y la poca atención de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), han originado que la súper carretera a la Costa se vuelva una pesada carga para la economía del estado.
De acuerdo con analistas financieros consultados, debido a la suspensión de las obras de la autopista Barranca Larga-Ventanilla, el transporte de carga y de pasajeros gasta más de cuatro millones de pesos adicionales diariamente al circular por las carreteras actuales de la capital a la región de la Costa.
Calculan que en los seis años que lleva de retraso el proyecto ha originado pérdidas por alrededor de 9 mil millones de pesos; en tanto en la derrama de turismo que se pudo haber alcanzado por las facilidades y seguridad de la ruta, cerca de 3 mil 300 millones de pesos anuales, es decir, en los últimos seis años la economía regional ha sufrido un daño por 20 mil millones de pesos, lo cual significa un daño económico global de casi 30 mil millones de pesos.
En tanto, expertos en carreteras que conocen del tema, aseguraron que el Gobierno del Estado le entregó en septiembre de 2008 a SCT el Proyecto Ejecutivo totalmente terminado, los estudios de factibilidad, tanto social como financiero, así como liberado el derecho de vía, los permisos de Conagua, CFE, INAH.
Y se requirió, en base al presupuesto del proyecto entregado, 3 mil 300 millones de pesos a SCT, que procedió con el apoyo financiero del Gobierno del Estado a llevar a cabo el proceso de licitación de la concesión de la autopista Barranca Larga-Ventanilla.
Este proceso que duró inexplicablemente más de un año, concluyó con la asignación a Omega Oaxaca, S.A. de C.V., de la concesión por 30 años, con un monto para su construcción de 4 mil 646 millones de pesos; adicionalmente se agregaron al fondo del fideicomiso 380 millones de pesos para atender situaciones y obras extraordinarias no consideradas en el proyecto.
Los analistas explicaron que el financiamiento de estos recursos tuvo la siguiente composición: Aportación Finadin: 958 millones de pesos -sin considerar su recuperación-; capital de la empresa concesionaria de mil 200 millones de pesos.
Aportación al fideicomiso en cartas de crédito bancarias por 2 mil 600 millones de pesos. El capital que debería recuperar el concesionario era de 3 mil 800 millones de pesos.
Debido a los problemas financieros de Omega Oaxaca, la SCT le otorgó dos prórrogas que sumaron más de 12 meses para que pudiera iniciar los trabajos, mismos que fueron suspendidos a principios de 2011 con un raquítico avance de 3 por ciento.
En junio de 2012 cuando se transfiere la concesión a la empresa concesionaria DIPESA -formada por ICA-, el monto de construcción se elevó a 5 mil 857 millones de pesos y según fuentes muy cercanas a los funcionarios de la SCT en la capital del país, para que se inicien los trabajos, el concesionario otorgó a la constructora ICA un anticipo del 30 por ciento del costo de la obra, alrededor de 1 mil 700 millones de pesos.
INFLAN PRESUPUESTOS
4,646 millones de pesos, lo que costaría la autopista con la constructora Omega Oaxaca.
5,857 millones de pesos, lo que presupuestó ICA en junio de 2012.
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