Francisco Garfias
Hace poco más de un año, el PAN se proyectaba como el partido a vencer en las presidenciales de 2018. Había sido el gran ganador en las elecciones de gobernador.
El resultado que alcanzó en junio de 2016 rebasó ampliamente las proyecciones de Manlio Fabio Beltrones, entonces presidente del PRI, que vaticinaba un 9-3 para su partido.
Pero también dejó muy mal paradas las encuestas, que en 2016 vivieron su annus horribilis. Ninguna estuvo ni cerca de los resultados finales.
El azul ganó siete de las 12 gobernaturas en disputa, en algunas aliado con el PRD, como en Durango, Veracruz o Quintana Roo.
Con el triunfo llegó la euforia. Las ganas de colocarse. La disputa por el control del partido. “La onda grupera”, como la llama Ernesto Ruffo.
El jefe nacional del PAN, Ricardo Anaya, se transformó en el “joven maravilla”. Sus leales hicieron mayoría en el Consejo Nacional. Su influencia se extendió a los comités estatales.
Arreciaron los jaloneos. Los llamados “margaritos” llevaron a la plaza pública sus quejas sobre las presiones que sufrían quienes asistían a los actos de la señora Zavala.
Protestaban también por las continuas apariciones del político queretano en los spots del partido. No había piso parejo. Los golpes bajos entre unos y otros se multiplicaron. Los aspirantes también. Hay seis: el propio Anaya, que no lo ha confesado, Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle, Ernesto Ruffo, Luis Ernesto Derbez y Juan Carlos Romero Hicks.
Cinco de esos seis se reunieron ayer en el CEN del PAN. Moreno Valle no asistió. Santiago Creel y Marco Adame acompañaron a Ricardo Anaya.
Era un cónclave obligado. Lo propuso Margarita Zavala.
La exprimera dama se sentó en la mesa con la idea de negociar tiempos, circunstancias, métodos, definiciones para la elección del candidato presidencial. “No fue así”, lamentó.
“Yo lo único que pido es que no haya trucos ni trampas”, declaró al salir de la reunión.
—¿Cuáles trampas?, le preguntaron.
—No se pide más que lo que el propio partido pide al gobierno de Coahuila: imparcialidad en quienes conducen las elecciones; que no se utilicen recursos públicos y que haya condiciones parejas, repuso.
El de ayer fue un encuentro “sin ningún sobresalto”, nos dijo el senador Romero Hicks, cuando le preguntamos sobre la singular “mesa de aspirantes” a la candidatura presidencial del azul.
Según él, no hubo tensión ni siquiera cuando Margarita le preguntó a Ricardo Anaya en calidad de qué asistía a la citada mesa: jefe nacional o aspirante a candidato.
Ricardo le dijo que estaba allí en su calidad de presidente del PAN, y que ni se encartaba ni se descartaba para 2018, según narró la propia Margarita a los reporteros de la fuente que la entrevistaron al salir del cónclave.
Fue apenas un acercamiento. El polémico tema de los spots de Ricardo Anaya ni siquiera fue tocado.
Los críticos de Anaya dicen que el jefe nacional los ha utilizado para promoción personal, y que eso rompe el piso parejo entre los aspirantes a la candidatura presidencial.
Y es que el INE reportó que, en 20 meses, Anaya apareció en un millón 425 mil 751 spots, sólo superado por Andrés Manuel López Obrador, que en 17 meses salió en dos millones 192 mil spots.
En su charla con los reporteros, Margarita le dio un rozón a Anaya.
“La falta de definición de quien conduce no ayudó a discutir el método. Al final comentamos el tema de las alianzas”, dijo.
Margarita dijo estar de acuerdo en el Frente Amplio, pero está convencida de que si la definición del candidato azul llega pronto, el PAN “puede irse solo” y así presentarse con quien se quiera sumar.
“La incertidumbre de quien abandera a Acción Nacional y la incertidumbre de cómo nos presentemos a las alianzas le están dando fortaleza a Andrés Manuel López Obrador y al PRI”, advirtió.
Al final, podemos concluir que el saldo del singular cónclave es positivo. Como dice Romero Hicks:
“A todos corresponde la unidad y la fortaleza del partido. Hay que continuar el diálogo en este tipo de reuniones.”
Ya hay brotes de rebelión en el PRD por el Frente Amplio Opositor. No quieren nada con el PAN. Alegan que el último Congreso Nacional, la máxima instancia del partido, prohibió las alianzas no sólo con el partido que fundó Manuel Gómez Morin, sino con el PRI.
Los miembros de la corriente perredista llamada “Militantes de Izquierda”, encabezada por Carlos Sotelo, Pablo Gómez, Gilberto Ensástiga y José Narro Céspedes, entre otros, se reunirán hoy y mañana en la Ciudad de México.
Será su primer encuentro nacional.
Uno de sus objetivos principales es echar abajo la alianza con la derecha.
Los rebeldes desconocen el “acuerdo del Comité” que autoriza la constitución de un Frente Amplio que incluya al PAN, y hasta dicen que la dirigencia del partido últimamente ha incurrido en “ilegalidades”.
La resistencia no es menor. Puede crecer. Mal harían Alejandra Barrales, Los Chuchos, Miguel Mancera y demás aliancistas en desdeñar los brotes de inconformidad.
Por ahora los rebeldes no hablan de abandonar el partido o de pasarse a Morena, sino de desobedecer el acuerdo de ir con el PAN, como lo hizo abiertamente la senadora Dolores Padierna, de la corriente Izquierda Democrática Nacional.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario