jueves, 23 de noviembre de 2017

Videgaray compra boleto.

Rubén Cortés. 

Son innúmeras las consideraciones políticas sobre las cuales pasó Luis Videgaray para presentar al cuerpo diplomático a José Antonio Meade como protagonista de las transformaciones y los éxitos de la política pública en México en las últimas décadas.

En la recta final de la designación del candidato presidencial del PRI, el canciller puso sobre la mesa su capital político y su influencia en el primer círculo del poder. No jugó con las palabras: su candidato es el secretario de Hacienda.

¿Qué dijo sobre Meade?:

Es para mí un honor presentar a uno de los mexicanos más talentosos, más preparados, con una trayectoria impecable y que ha sido protagonista de las transformaciones y de los éxitos de la política pública en México en las últimas décadas.

El único mexicano, junto con Plutarco Elías Calles, en haber ocupado cuatro Secretarías distintas en dos gobiernos diferentes y que hoy conduce con gran inteligencia, disciplina y sobre todo patriotismo y visión de Estado, la política macroeconómica de México.
Bajo el liderazgo de José Antonio Meade hoy México tiene rumbo, tiene estabilidad y tiene claridad en las decisiones de la política macroeconómica.

Para nadie es un secreto que tengo el privilegio de conocer al secretario desde hace muchos años y puedo ser testigo fiel, no solamente de su inteligencia notable, de su extraordinaria preparación y experiencia, pero sobre todo de sus valores, siendo el más importante de todos la integridad y el patriotismo.

Y a final de cuentas es el amor a México el que, en cada una de sus responsabilidades, de su larga trayectoria en el gobierno de México, ha sido el gran amor a México y el patriotismo el signo que lo ha distinguido.

Les pido, por favor, un aplauso cálido a quien regresa a su casa. No solamente es el secretario de Hacienda, sino el exsecretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade. Bienvenido, secretario.

La historia siempre ronda en estos sucesos, porque tiene vida propia. Goethe la llamaba el “misterioso taller de Dios”. Quizá Videgaray recordó a Plutarco Elías Calles sólo por las cuatro secretarías distintas en dos gobiernos diferentes.

Pero fue Elías Calles quien cambió las reglas de la sucesión presidencial implantando el dedazo: un solo hombre decidiría, previa construcción de su sucesor, desde una baraja de cuatro o cinco personajes: un acto al que el presidente Peña denomina “una liturgia aceptada por los priistas”.

La baraja de Peña incluye al secretario de Gobernación, Miguel Osorio; al de Educación, Aurelio Nuño; al de Salud, José Narro, y al presidente del PRI en la CDMX, Eruviel Ávila, quien, por cierto, ayer por la tarde fue llamado de urgencia a Los Pinos.

Y, claro, al secretario de Hacienda, José Antonio Meade.
A quien Videgaray predestapó ayer.

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